Minería en A Pontenova... el principio del fin

Minería en A Pontenova... el principio del fin

¿Dónde nos quedamos en la historia minera de a Pontenova?

Lo prometido es deuda.

En el anterior artículo nos quedamos en la época de esplendor de las minas. Una extracción de material ingente, un ferrocarril para transportarlo y una comunidad de trabajadores dependiendo de ello.

Todo marcha viento en popa porque calidad y cantidad de material, hay. Sin embargo, nos quedamos en 1914 y ahí el mundo cambió para todos.

Comienzo de la decadencia de la minería en A Pontenova

Comienza la Primera Guerra Mundial y ello afecta al mercado de hierro. Como consecuencia, a las minas de nuestra zona.

A pesar de que la demanda de hierro era constante, el problema era que el transporte marítimo era muy caro y no estaba garantizado un tránsito constante debido a los constantes hundimientos de barcos provocados por los submarinos enemigos, de uno y otro bando.

Para paliar esta incerteza, en marzo de 1915 la Sociedad Minera de Vilaoudriz (SMV) decide adquirir su primer barco de vapor. De hecho, llegó a disponer de una flota de 3 barcos en total: “Villaodrid”, “Arriluce” y “Algorteño”.

Es ya hacia el final de la Primera Guerra Mundial cuando el mercado de hierro comienza a tener problemas que se agudizan en la post-guerra.

Por una parte, llegan las sanciones de Alemania prohibiéndose comercializar con el país (siendo éste uno de los principales clientes de la SMV). Por otra parte, se da la paradoja de que pese a existir una fuerte demanda de hierro para acometer la reconstrucción de las instalaciones destruidas durante la guerra, la extracción de hierro en las minas se paralizó casi por completo porque el acero utilizado en la reconstrucción era fabricado básicamente a partir da chatarra producida durante la guerra.

Es ahí cuando la situación financiera de la SMV comienza a deteriorarse. Comienzan a tomar medidas, entonces, para paliar dicha decadencia.

Las minas del grupo Boulloso se cierran en los años 20. Es en 1925 cuando se centraliza la producción en el grupo Vilaoudriz y se levanta el horno número 5 con los materiales de los hornos 2 y 3 desmatelados de Boulloso.

La única salida posible es que se haga caro de la gestión alguien que busque una forma de cambiar la perspectiva de negocio anterior y optar por nuevas alternativas. No ocurre así.

Etapa final y cierre de las minas de A Pontenova

Minería en A Pontenova... el principio del fin

La situación sigue siendo insostenible y entra en juego, de modo anecdótico, la empresa alemana Krupp-Montana que se hace cargo de la producción pero sólo durante unos meses, del 1 de abril al 15 de agosto de 1938 a través de una concesión.

En un primer momento podría parecer una ángel salvador con un cambio de paradigma pero no.

¿Por qué? Pues aquí entra en juego un argumento de película.

El fundador de este grupo alemán (Krupp-Montana) era aliado de Hitler y su único motivo para comprarla era evitar que los Aliados se hiciesen con los depósitos de hierro y con él produjesen armas.

De hecho, durante ese período, menos de la mitad del mineral extraído se envió a Alemania.

Con una empresa al mando que carece de interés por impulsar el crecimiento económico de la mina, y las concatenantes Guerra Civil y Segunda Guerra Mundial, las minas van perdiendo todo el aire que les podía quedar.

En 1959 se arrienda el coto minero a unos empresarios de Bilbao. Pero las minas ya venían arrastrando problemas en la explotación de sus minas desde que, con la guerra civil española, se produjese el bloqueo del comercio marítimo en Ribadeo y, con él, el del cargadero de Porto Estreito.

Una vez acabada la guerra civil, con la dictadura, se instaura la autarquía, bloqueándose las importaciones y exportaciones con otros países. La SMV acostumbraba a exportar todo el hierro que extraía ya que el mercado interior estaba copado con la minería vasca. Por ello, con el bloqueo, conllevó la decadencia progresiva de las minas de Vilaoudriz.

En enero de 1965, seis años después, se desmantela la línea de ferrocarril aunque no por ello dejan de funcionar las minas.

Éstas siguen activas, todavía, dos años más, hasta 1967. Es verdad que la extracción fue anecdótica pero continuaron con la actividad: las minas, sobrevivieron al ferrocarril. Es el final.

Atrás quedan los tiempo de auge productivo y desarrollo económico de la zona. Quedan ahora restos de las construcciones y minas abandonadas.

A Pontenova: historia de un pueblo minero

En estos dos artículos os hemos contado, de modo resumido, la historia del punto álgido de la producción de hierro en a Pontenova y su caída. De un modo sencillo hemos querido exponer el potencial de la zona a pesar de que por factores externos fue insostenible seguir la producción.

En todo caso, su legado ha marcado por siempre nuestra zona.

Tanto la ha marcado que debemos la existencia de A Pontenova como tal a la minería.

¿Lo sabíais?

En el próximo artículo os lo contamos. Además de alguna anécdota de este periodo y también el legado que las minas han dejado y que podemos disfrutar en nuestro entorno.

Nos vemos en el próximo artículo 🙂

 
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